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LA VUELTA DE TUERCA DE QUILAPAYUN
FuenteRolling Stone Fecha18 Diciembre 2009 PaísChile


Edición transcrita

Una revisión a los clásicos del pasado, con una mirada a los lenguajes musicales de hoy, es lo que trae Solistas, el nuevo disco de la histórica agrupación.

Una clásica base de salsa cubana, sonidos de sintetizadores y baterías hip-hop. Así suena “Canción del Che”, una versión de “Hasta siempre comandante”, de Carlos Puebla, en el último disco de Quilapayún. Porque la histórica banda regresó renovada, y de paso, con las ganas de experimentar con géneros que transforman su música en 180 grados.

Bajo el nombre de Solistas, el nuevo disco es un abanico de variadas canciones insignes de sus mejores álbumes, donde cada uno de los integrantes pasa adelante, toma el micrófono y se convierte en la voz principal por unos minutos. “En Quilapayún hay muchos talentos interpretativos individuales que quisimos resaltar. Porque, a veces, se diluyen detrás de esa palabra tan emblemática y llena de historia que es la que nombra nuestro grupo. Por eso quisimos mostrar que no tienen por qué desaparecer las personas. Somos individuos de carne y hueso, y no unas sombras con poncho negro que cualquiera puede reemplazar”, explica Eduardo Carrasco, fundador de la agrupación.

Y aunque son los mismos de siempre, el disco se escucha diferente. Aunque no fue necesario escribir nuevas canciones, las mezclas de las más clásicas fueron reelaboradas hasta transformarse en una pauta de temas completamente novedosos. Así, podemos conocer a un Quilapayún más experimental en canciones como “Kumbia Inka”, de Osvaldo Torres o el tango que le dedican a Willy Oddó.
También hay espacio para lo que llaman “Cuecas cuicas”, donde le rinden honores, a su manera, a una ciudad “cuica” como Venecia. Y una conmemoración a los clásicos de la nueva canción popular a través de “Manifiesto”, de Víctor Jara, “Miren como sonríen”, de Violeta Parra y “Cambia todo cambia”, de Julio Numhauser. Incluso, esta última canción, que es una versión arreglada por los hermanos Carrasco, cuenta con la voz del propio Numhauser.

Pero lo más sorprendente es lo que sucede con el hip hop. Cuando el ex Pozze Latina, Jimmy Fernández se subió al escenario a improvisar junto a Quilapayún en un concierto de Inti+Quila, los impresionó a tal punto, que lo invitaron a participar en Solistas. Quedaron cautivados por lo que podía resultar mezclando sus géneros y se atrevieron a incorporarlo en el disco.

“Ellos no lo estaban haciendo a la fuerza, no lo estaban haciendo por ser hype o snob. Simplemente lo hicieron porque quedaron prendidos cuando cantaron con el Jimmy”, explica Quirino Ríos, quien se hizo cargo de producir “Canción del Che” y “Resistencia”, los dos temas que desatan el nuevo gusto de Quilapayún por las rimas.

“Ha sido una experiencia muy enriquecedora, porque hemos aprendido una nueva manera de hacer música. La producción del hip hop utiliza al máximo los recursos técnico-musicales actuales, cosa que nosotros no utilizábamos de la misma manera. Ahora el proceso en el estudio ha pasado a ser fundamental y es muy entretenido, porque se puede llegar a hacer cosas sorprendentes”, agrega el director de la agrupación.

Así, Ríos contó con la libertad de jugar con texturas que inician a la banda en el lenguaje del hip hop. Y el resultado funciona. ““Resistencia” es un collage sonoro de piezas clásicas y nuevas como “La hierba de los caminos”, “Mi patria” y “Siempre”, sobre la música de la canción "Elegía al Che Guevara" del disco El pueblo unido jamás será vencido (1972), con nuevas instrumentaciones y arreglos que le dan otra forma a la canción”, afirma el productor.

De esta forma, Quilapayún juega a volver al pasado, con una mirada del futuro. Y si bien generan el espacio para que cada uno de sus integrantes se destaque, no pierden de vista que aunque en esta ocasión trabajaron como solistas, la banda es una gran convención de músicos que en conjunto crea sonidos que marcaron y seguirán marcando la canción popular chilena..

Daniela Pérez