La inmensa luna llena iluminaba la ciudad como si fuera de día, entre penumbras y luces callejeras se yerguía la presencia amenazante y protectora del Pichincha y el Cotopaxi, alguna iglesia hizo sonar doce campanadas. La noche comenzaba.

Ecuador es simple y acogedor, como una familia que te abre la puerta y te invita a compartir la cena, la chichita y las habas, el arroz y la carne mechada, el vino y la guayaba.

Nuestros anfitriones nos enseñaron y cantamos juntos:

Chin chi chaya pai
Chin chi chaya pai
Jatarichi

Años después, la plaza multicolor de Quito acogió el Inti + Quila, y Todas las Voces Todas y hasta el presidente de la República se animó a cantar el pueblo unido.

Ecuador se quedó para siempre en nuestros corazones.

Los chilenos algo sabemos de temblores con nuestros dos mil volcanes…

Levantaos
Todos juntos
Seremos fuertes
Jatarichi.